Según Brookings, el empleo hispano en los sectores de producción de energía limpia y eficiencia energética está por encima del promedio.
El sector de energías renovables es más diverso que la mano de obra en general: cuenta con menos población blanca, emplea a más trabajadores que se identifican como hispanos o latinos y emplea de 3 a 5 veces más trabajadores que se identifican como de dos o más razas que el promedio nacional.
A nivel nacional, la generación de energía solar emplea hoy en día a más trabajadores latinos que la industria de generación de energía a partir de combustibles fósiles.
Se estima que sólo los puestos como instaladores de energía solar fotovoltaica, de los cuales un tercio pertenecen ya a trabajadores latinos, serán los terceros puestos de trabajo de más rápido crecimiento en el país durante la próxima década.
Un instalador de energía solar fotovoltaica nivel principiante y sin licencia, gana una prima del 11% sobre el salario de nivel de entrada nacional para todas las ocupaciones de construcción y extracción, y tiene más probabilidades de recibir beneficios médicos en comparación con el promedio general del sector privado nacional y de todas las ocupaciones de la construcción.
Los salarios por hora para los trabajos de energía limpia superan los promedios nacionales en un 8 a 19% y la economía de energía limpia ofrece más oportunidades para los trabajadores poco o medianamente calificados que la economía nacional.
Las barreras educativas de entrada son menores en los trabajos de energía limpia, incluso en posiciones de alta remuneración.
Además de aumentar las oportunidades de empleo, las inversiones en energías limpias también reducirán los costos de energía para las familias latinas que ya se han visto abrumadas por el aumento en los precios y, gracias a la creación de créditos fiscales para las tecnologías limpias, se ayudará a las familias trabajadoras a costear vehículos limpios.
En promedio, los hogares con bajos recursos gastan por lo menos el 7% de sus ingresos en facturas de energía. A nivel nacional, los hogares latinos tienen una carga mediana 24% mayor que los hogares de población blanca (4.1% en comparación con el 3.3%).
En los estados occidentales, como Arizona y California, este problema es aún peor. En ciudades como Los Ángeles y Phoenix, el porcentaje de ingresos que se destina a los gastos de energía es entre un 18 y un 20% más alto para la población latina.
