Los impactos extremos del cambio climático están impulsando cada vez más la migración desde Centroamérica obligando a las personas a salir de sus comunidades y países en busca de seguridad. Mientras tanto, en los EE. UU., los trabajadores indocumentados son los más vulnerables a las labores en condiciones climáticas extremas, trabajos que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses no desean. Los impactos de la crisis climática contribuyen a nuestros desafíos con la migración.
En noviembre del 2020, los huracanes Eta/Iota devastaron América Central y según un informe del Center for American Progress, 11 millones de personas perdieron la capacidad de brindar apoyo a sus familias. Además, cientos de miles perdieron sus hogares y permanecen desplazados, luchando con la inseguridad alimentaria y del agua en medio del colapso económico.
En octubre del 2021 la administración Biden emitió el primer informe sobre migración y cambio climático, y aunque las proyecciones son alarmantes, Estados Unidos aún tiene un largo camino por recorrer adaptando las vías legales actuales para brindar protección a los migrantes climáticos.
A continuación algunas estadísticas relevantes para ilustrar la tendencia de la migración climática:
Los rendimientos decrecientes de los cultivos en Guatemala están provocando una escasez generalizada de alimentos, una realidad que se extiende a lo largo del "Corredor Seco" de Centroamérica, un área geográfica de 1,000 millas de largo que atraviesa el estado mexicano de Chiapas y se extiende por Costa Rica, El Salvador , Honduras y Nicaragua, donde actualmente hay ocho millones de personas que padecen inseguridad alimentaria, debido a los severos efectos del cambio climático.
La sequía, combinada con fenómenos meteorológicos extremos como huracanes y ciclones, ha devastado regiones enteras y ha alimentado la necesidad de emigrar. En el 2020, los huracanes Eta e Iota de categoría 4 devastaron Nicaragua, Honduras y Guatemala y dejaron aproximadamente a 5,3 millones de personas sin hogar, desempleadas y hambrientas. El Banco Mundial estima que es probable que alrededor de 2 millones de personas sean desplazadas de Centroamérica para el año 2050 debido a factores del cambio climático.
Para el 2070, el 19% de la tierra, incluidas regiones en América Central y del Sur, podría llegar a ser demasiado caliente para que los humanos sobrevivan al aire libre durante parte del año si no se hace nada para evitar el cambio climático.
Según un estudio publicado por el Joint Research Centre de la Comisión Europea, el cambio climático podría afectar al 27% de la población de América Latina y el Caribe (alrededor de 1.234 millones de personas para 2070).
Los científicos predicen que las partes del mundo que mejor sustentan la vida humana y los cultivos cambiarán más en los próximos 50 años que en los últimos 6.000 años, lo que provocará migraciones masivas a medida que las personas se mueven para escapar del calor, el hambre y el caos político.